• Buena difusión pero mala gestión de prospectos.
• Buena gestión de prospectos y mala ejecución de servicio al cliente.
• Buena ejecución de servicio al cliente y productos o servicios de mala calidad.
• Buena calidad de productos o servicios, pero mala gestión de cobros y pagos.
• Buena gestión de cobros y pagos y mala organización interna.

Como ves, las causas del fracaso de un emprendiemiento pueden ser muchas.

Sé que te apasiona lo que hacés y te gustaría dedicarte 100% a desarrollar tu actividad principal, pero te distraen todas las tareas que tenés que llevar adelante: responder mails, armar propuestas para tus clientes, enviar notificaciones formales, mantener tu página web y redes sociales actualizadas, planificar los objetivos, cobrar, facturar, contactar potenciales clientes y tantas otras.

Cuando todo es un caos y no sabés por dónde empezar o cómo seguir; pasás horas mirando el monitor sin hacer algo realmente relevante; pasás el tiempo mirando redes sociales o con distracciones que te hacen sentir vacío al fin del día y te planteás si tomaste el camino correcto al independizarte o emprender… o por el contrario, ejecutás tareas sin descanso y tu vida se tornó caótica por trasladar el caos de tu trabajo; creeme que te entiendo. ¡Pasé por todo esto y más!

Después de renunciar a más de 20 trabajos en relación de dependiencia porque me aburría o quería optimizar procesos y tiempos sin que nadie me lo pidiera (y generando a veces malestar por romper con la forma de trabajo pre-establecida), decidí independizarme y hacer las cosas a mi manera.

Encontré con los años varios patrones útiles para desarrollar el trabajo del autoempleo, y es por ello que creé 4 ejes principales aplicables a comercios, profesionales independientes, productos y servicios.

Trabajar sobre estos 4 ejes en tu negocio te permite:

1) Llegar a las personas que realmente te necesitan y a quienes podés brindarles una solución.
2) Ganar la confianza de esas personas que aún no te conocen.
3) Acortar el proceso entre el primer contacto y la venta.
4) Generar con tus clientes relaciones sanas y duraderas en el tiempo.

Tener presencia online y offline, educar a tus potenciales clientes, actualizar tu blog y tus redes sociales es imprescindible.

Si aprendés a gestionarlo de forma eficiente puede convertirse en tu fábrica principal de prospectos. Pero si no lo implementás con una metodología apropiada, puede convertirse en un ladrón de tu tiempo.

Un embudo de ventas es una forma de estructurar los diferentes pasos que das como vendedor para que tu potencial cliente te conozca, se interese en lo que vendés, compre, te recomiende y tu cartera de clientes se retroalimente.

Vos sos responsable de guiar a tu potencial cliente por cada uno de estos pasos, para asegurarte de brindarle específicamente lo que necesita. Si no lo hacés, tu potencial cliente se sentirá incomprendido y es muy probable que se escape de tu embudo y no te elija. 

¿Te preguntaste alguna vez qué pasó con ese presupuesto que enviaste y quedó en la nada?

¿Qué pasó con esa persona que parecía tan interesada y luego nunca más te contactó?

Cuando comprendas la importancia de respetar cada uno de estos pasos, podrás descubrir las respuestas a tus interrogantes.

Es imprescindible que puedas explicar con facilidad a qué te dedicás y que estés siempre preparado para ese momento tan perfecto cuando alguien te contacta. 

Debés contar con las piezas de comunicación necesarias para que ese contacto se convierta en cliente. 

¿Perdiste oportunidades por no tener una propuesta pre-armada? 

¿Dejaste pasar esa búsqueda por no tener tu CV actualizado o tu carta de presentación? 

¿El potencial cliente se «enfrió» porque le mandaste un presupuesto demasiado tarde? O peor aún… ¿eligió a la competencia?

¡Prevení todas estas situaciones y está siempre listo para vender con tu kit de comunicación!

Si requerís un trato más cercano, urgente y soluciones a medida, también podremos trabajar codo a codo para mejorar la organización y comunicación de tu negocio. 

En este caso coordinaremos una reunión de diagnóstico para conocer tu situación actual, detectar cuáles son las principales problemáticas o necesitadas, dónde estás, a dónde querés llegar (y fundamental: en cuánto tiempo) y si está en mis posibilidades, te presentaré un plan; o te derivaré con una persona de mi equipo que pueda ayudarte mejor.

No permitas que se te hunda el barco, ¡pedí ayuda a tiempo! Muchos negocios fueron rescatados con sesiones de consultoría y un plan apropiado a tiempo.