A VOS, QUERIDO LECTOR, QUE ME ACOMPAÑASTE DESDE EL INICIO EN 2012 O TE SUMASTE EN EL CAMINO:
Ante todo, gracias por estar aquí.
Desaparecí por bastantes años… muchas cosas han pasado. Poco a poco las iré contando y «soltando el rollo».
Para resumir, te cuento algunos detalles muy relevantes: cerré mi amado negocio físico en Buenos Aires, después de 12 años.
Mi objetivo post pandemia era tener la libertad de moverme por el mundo sin estar atada a una ciudad específica, porque hasta el momento, mis operaciones profesionales e ingresos dependían de estar allí.
Después de dejar de ser la Vero emprendedora, directora de LQN y la que podía con todo… me costó una crisis de identidad bastante grande sacarme esas etiquetas y entender quién soy ahora, si es que al menos conozco un esbozo de esta Vero.
Y aquí estoy, con un gran recorrido de autoconocimiento y con muchas ganas de reinventarme y volver a empezar.
En otro país, en otro continente, con otros objetivos; pero las mismas ganas de seguir compartiendo este camino de aprendizajes permanentes.
A partir de ahora te encontrarás en este blog con contenidos mucho más personales e íntimos que antes; comprenderé al 100% si decidís no volver por aquí, porque ya no te identificás con lo que comparto.
Si esta es tu elección, te agradezco por haberme acompañado en mis inicios y por todo este tiempo.
Si en cambio querés acompañarme en este camino por un tiempo más, estaré muy feliz de que conozcas a esta Vero, sin etiquetas.
Te doy la bienvenida a esta nueva era.
SÁBADO 27 DE ABRIL DE 2024
Eran las 5:45 cuando sonó el despertador. Como cada día, tuve mi sesión de cariño y mimos con Frank, mi gato (bueno, mi bebé precioso de mi corazón que amo con mi alma).
Hice una meditación breve y me levanté. Me preparé para ir a un evento, cuya entrada había comprado 1 año antes.
Lidié un ratito para darle la medicación a Frank, porque está con sistitis con hematuria y me tenía bastante preocupada. Finalmente lo logré a tiempo.
Salí de casa y caminé unos 25 minutos hasta llegar a la estación del tren. Llegué a Málaga directo al hotel donde se hacía el evento de la END (Escuela de Nómadas Digitales), una escuela maravillosa con la que me formo desde 2021 y conocí de una forma muy curiosa que te contaré más adelante.
La END organiza un evento presencial anual, llamado END Live. Ya había asistido durante 2023, y durante mi participación compré la entrada para 2024.
Tanto fue el entusiasmo, motivación, aprendizajes e inspiración que tuve; que no dudé ni medio segundo en comprar mi entrada para el año siguiente.
Estando allí en 2023 vi que entregaban premios y diplomas a los alumnos, para felicitarlos por su facturación con los proyectos creados a partir de la formación que brindan.
En mi caso llevaba sólo con ese proyecto, unos 3 mil y algo de euros facturados. Veía a compañeros de la escuela recibiendo sus premios de más de 10 mil euros facturados, más de 50 mil, 100 mil, un millón, 3 millones y más de 10 millones. WOW, gente que empezó como yo y ya estaba en esa posición, celebrando, feliz, ayudando a otras personas con sus servicios y negocios, disfrutando de hacerlo cada día y compartiendo su felicidad con todos nosotros.
Me propuse en ese momento que al año siguiente tenía que dar un salto y al menos recibir el siguiente diploma: conseguir facturar con el nuevo proyecto más de 10 mil euros. ¿Y qué creen que pasó en 2024? Bueno, que me estoy adelantando.
En el trayecto del tren a Málaga no hay señal en el teléfono, porque pasa por muchas montañas y túneles. Por eso siempre aprovecho el viaje que dura unos 45 minutos para desconectar del teléfono y leer. Esta vez el libro Ingeniería Interior de Sadhguru.
Este libro es un complemento del curso que estoy haciendo, y para el que faltan 7 días para las sesiones en vivo, de iniciación espiritual.
Hace muchos años estoy haciendo una búsqueda de crecimiento interior y espiritual, que me llevó a recorrer caminos muy interesantes con la meditación, registros akáshicos, constelaciones sistémicas, retiros de Vipassana y algunas otras disciplinas.
Gracias a una gran amiga y hermana del alma (nos conocimos en uno de estos cursos) descubrí a Sadhguru y comparto bastante con su filosofía: vivir una vida de dicha y gozo. ¿Acaso no es lo que vengo buscando y proponiéndome año tras año? ¡Sí que lo es!
Decidí entonces tomar el curso inicial, llamado Ingeniería Interior; que consta de 7 pasos. Los pasos del 1 al 6 los vas haciendo a tu ritmo, con videos, meditaciones guiadas y ejercicios de yoga; y el 7mo paso es en vivo, con tutores que te acompañan.
Realmente no sé de qué se trata, no tengo expectativas más que encontrar más herramientas para vivir una vida de dicha y gozo… así que el sábado 4 lo descubriré y te lo contaré.
Pero volvamos al libro, al tren y a Málaga.
Al llegar allí llovía, y me olvidé el paraguas sobre la mesa. Una pequeña distracción… o tal vez estaba demasiado dormida, o demasiado confiada en que las nubes se irían y no iba a llover.
Llegué a acreditarme y fui a la mesa de «entradas generales», Vicky buscó mi nombre y no me encontró. Nos pareció extraño.
De repente con mucha alegría me dijo: «¡Pero Vero, que compraste la entrada VIP!». Sinceramente no lo recordaba; me sorprendí incluso a mi misma por ese regalo que me hice en 2023. Así que me cambié de mostrador y me acredité como asistente VIP. (Bravo por Verito que tomó esa decisión tan acertada.)
Al entrar divisé a un chico y una chica con un mate. Apenas terminé de acreditarme fui a saludarlos y se me alegró el corazón al conocer a Gastón y a Valen. Un santafesino y una cordobesa recién llegados de Nueva Zelanda. Por supuesto nos pusimos a hablar como loros.
Me reencontré con muchas personas hermosas que había conocido el año anterior y todo fue felicidad y disfrute repletos de tantos abrazos y sonrisas.
Comenzó el evento y como siempre: emoción, lágrimas, piel de gallina. Todos los sentimientos juntos. Todo lo que ya había vivido y experimentado un año antes. Pero más. Con más intensidad.
Descubrí personas increíbles, de quienes me llevo muchísimos aprendizajes y de quienes te hablaré más adelante.
Hicimos algunas actividades y llegó el momento de los reconocimientos y premios (que para ese entonces había olvidado por completo).
Los tutores de la escuela empezaron a nombrar a los alumnos y a entregarles sus diplomas.
Cuando llegó el turno de alumnos que facturaron más de 10 mil euros… ¿qué creés? ¡ME NOMBRARON! Me volví a sorprender, ya no me acordaba ni de los reconocimientos, ni de los diplomas, ni de mi propósito del año anterior. (Insertar foto imaginaria con mi diploma).
Sorprendida, feliz, confiada, subí al escenario a recibir mi diploma.
Y para terminar el día, cuando pensé que ya volvía a casa… una sorpresa más: la entrada VIP incluía no sólo un encuentro íntimo con Antonio G y los tutores de la escuela; sino también ¡una cena con todos los compañeros!
Me la pasé genial, conocí a un montón de compañeros, aprovechamos para salir de la virtualidad, conocernos, compartir, sonreír. Y tanto disfrutamos, que nos terminaron invitando amable e insistentemente a retirarnos del hotel a las 23:30. ¡Perdón por ser tan charletas y querer aprovechar hasta el último minuto!
Un amigo de Málaga (de quien ya les hablaré más adelante) se ofreció a llevarme a casa en auto y yo AGRADECIDA, porque qué cansancio después de tantas emociones durante todo el día.
Por supuesto llegué, cuchareamos con Frank y después de vivir un día soñado, era momento de seguir soñando.
Si llegaste hasta acá: ¡gracias! Gracias y más gracias.
¿Te gustaría que te cuente estas historias en un audio?
